ARCH SOC ESP OFTALMOL. 2015;90(7):348–351
ARCHIVOS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE OFTALMOLOGÍA www.elsevier.es/oftalmologia
Cartas al Director
La estrabología en el siglo xxi Strabology in the 21st century
Sr. Director: He leído atentamente la editorial firmada por el Dr. C. Laria Ochaita en el n.◦ 12, vol. 89 de diciembre 2014 de Archivos de la Sociedad Espa˜nola de Oftalmología bajo el título «El estrabismo y el siglo XXI»1 . Suscribo básicamente su escrito en cuanto a que la irrupción en el campo de la estrabología de nuevos aparatos que permiten registrar los movimientos oculares y medir los ángulos de desviación con gran precisión, no solamente desde el punto de vista estático sino también dinámico, suponen un gran adelanto que nos va a ayudar a comprender mejor (entre otros parámetros) tanto las acciones de los músculos como el papel que puede jugar la torsión en determinadas enfermedades oculomotoras. Algunos de estos aparatos tienen todavía, entre otros inconvenientes, que su utilización en ˜ es problemática, pero estoy seguro de que con el tiempo ninos se introducirán mejoras que los harán aplicables a toda la población. El estrabismo es un cuadro complejo en el que el disturbio motor representa solo una parte del problema. A su mismo nivel deberíamos situar la alteración sensorial sin despreciar otros factores como el óptico, acomodativo y los tejidos perimusculares que también sufren transformaciones (aunque sea en menor medida) como consecuencia de la desviación estrábica. Sería pueril pensar que el 20-30% de fracasos que tenemos en el tratamiento de nuestros pacientes se deba a nuestra imprecisión en la medición del ángulo de estrabismo y a las diferentes formas de operar de cada cirujano como parece insinuar el autor o, como también he escuchado en otros foros, la
necesidad imperativa del microscopio para asegurar el resultado. Mientras las investigaciones en el campo de la estrabología se limiten exclusivamente a mejorar nuestro conocimiento sobre la mecánica ocular y aunque lleguemos a precisiones en las mediciones angulares de 0,1◦ , no conseguiremos con la cirugía exclusivamente resolver el problema del estrabismo. La estrabología del siglo XXI haría bien en preocuparse, además de «afinar» en lo motor, en investigar y estudiar el porqué de las alteraciones sensoriales del estrabismo y de qué forma podríamos reeducarlas antes o después de la cirugía para que esa tasa de fracasos pudiera realmente disminuir.
bibliograf í a
1. Laria Ochaita C. El estrabismo y el siglo XXI. Arch Soc Esp Oftalmol. 2014;89:469–70.
J. García de Oteyza ˜ Clínica privada García de Oteyza, Barcelona, Espana Correo electrónico: [email protected] http://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2015.02.006 ˜ 0365-6691/© 2015 Sociedad Espanola de Oftalmología. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
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Cartas al Director
La estrabología en el siglo xxi Strabology in the 21st century
Sr. Director: He leído atentamente la editorial firmada por el Dr. C. Laria Ochaita en el n.◦ 12, vol. 89 de diciembre 2014 de Archivos de la Sociedad Espa˜nola de Oftalmología bajo el título «El estrabismo y el siglo XXI»1 . Suscribo básicamente su escrito en cuanto a que la irrupción en el campo de la estrabología de nuevos aparatos que permiten registrar los movimientos oculares y medir los ángulos de desviación con gran precisión, no solamente desde el punto de vista estático sino también dinámico, suponen un gran adelanto que nos va a ayudar a comprender mejor (entre otros parámetros) tanto las acciones de los músculos como el papel que puede jugar la torsión en determinadas enfermedades oculomotoras. Algunos de estos aparatos tienen todavía, entre otros inconvenientes, que su utilización en ˜ es problemática, pero estoy seguro de que con el tiempo ninos se introducirán mejoras que los harán aplicables a toda la población. El estrabismo es un cuadro complejo en el que el disturbio motor representa solo una parte del problema. A su mismo nivel deberíamos situar la alteración sensorial sin despreciar otros factores como el óptico, acomodativo y los tejidos perimusculares que también sufren transformaciones (aunque sea en menor medida) como consecuencia de la desviación estrábica. Sería pueril pensar que el 20-30% de fracasos que tenemos en el tratamiento de nuestros pacientes se deba a nuestra imprecisión en la medición del ángulo de estrabismo y a las diferentes formas de operar de cada cirujano como parece insinuar el autor o, como también he escuchado en otros foros, la
necesidad imperativa del microscopio para asegurar el resultado. Mientras las investigaciones en el campo de la estrabología se limiten exclusivamente a mejorar nuestro conocimiento sobre la mecánica ocular y aunque lleguemos a precisiones en las mediciones angulares de 0,1◦ , no conseguiremos con la cirugía exclusivamente resolver el problema del estrabismo. La estrabología del siglo XXI haría bien en preocuparse, además de «afinar» en lo motor, en investigar y estudiar el porqué de las alteraciones sensoriales del estrabismo y de qué forma podríamos reeducarlas antes o después de la cirugía para que esa tasa de fracasos pudiera realmente disminuir.
bibliograf í a
1. Laria Ochaita C. El estrabismo y el siglo XXI. Arch Soc Esp Oftalmol. 2014;89:469–70.
J. García de Oteyza ˜ Clínica privada García de Oteyza, Barcelona, Espana Correo electrónico: [email protected] http://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2015.02.006 ˜ 0365-6691/© 2015 Sociedad Espanola de Oftalmología. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
