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ARCHIVOS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE OFTALMOLOGÍA www.elsevier.es/oftalmologia

Sección histórica

La ceguera de Galileo Galilei Galileo Galilei’s blindness A. Asorey-García ∗ , E. Santos-Bueso y J. García-Sánchez ˜ Unidad de Neurooftalmología, Servicio de Oftalmología, Hospital Clínico San Carlos, Madrid, Espana

Biografía de Galileo Galilei Galileo Galilei nació en Pisa en 1564. Durante su infancia estudió en un colegio público de Italia y posteriormente en el convento de Vallombrosa, de donde su padre, Vincenzo Galilei, tuvo que sacarle para atajar su creciente vocación religiosa. A ˜ siguiendo los consejos de su padre, ingresó en la los 17 anos, Universidad de Pisa para estudiar la carrera de medicina. Allí ganó mala fama entre sus profesores por su tendencia a cuestionarlo todo y por su negativa a aceptar sin más las teorías que le impartían, pero fue allí donde descubrió su verdadera vocación por las matemáticas, así que abandonó la medicina ˜ en Florencia estudiando esta disciplina con y pasó unos anos un profesor particular, Ostilio Ricci, el matemático oficial de la corte1 . ˜ matemáticas en la Universidad de Pisa y geomeEnsenó tría, mecánica y astronomía en la Universidad de Padua. En 1599, en Venecia conoció a Marina Gamba, con la que tuvo 3 hijos y, convertido en cabeza de una familia numerosa, sufrió estrecheces económicas debido a la escasa consideración que tenía la materia de matemáticas en su época; hasta que en 1610 fue nombrado Primer Matemático de la Universidad de Pisa y Primer Matemático y Primer Filósofo del gran duque de Toscana1 . Entre sus trabajos retomó varias ideas de Arquímedes, a quien admiraba profundamente, y describió la ley de la isocronía del péndulo (la cual empleó para idear un método para tomar el pulso a los pacientes), el movimiento uniformemente acelerado y la teoría de los cuerpos flotantes; estudió la estructura de los imanes; inventó la balanza hidrostática y



el termoscopio y criticó duramente las explicaciones aristotélicas sobre la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. Con sus teorías al respecto ideó un compás de uso militar que facilitaba a los artilleros calcular la inclinación del ˜ para dar en el blanco1 . canón

Estudios de astronomía ˜ 1604, la aparición de una nueva estrella en la consEn el ano telación de Sagitario estimuló el interés de Galileo por la astronomía y le llevó a escribir su primer trabajo sobre la materia: Diálogo sobre la nueva estrella. En 1608, el fabricante de anteojos holandés Hans Lip˜ pershey construyó el primer telescopio y, apenas un ano después, Galileo comenzó a construir sus propios telescopios con el modelo de Lippershey, con mayor magnificación sucesivamente2 . Con sus telescopios, Galileo descubrió las lunas de Júpiter (a las que nombró satélites Medíceos para granjearse el favor del duque de Médicis), los anillos de Saturno, la presencia ˜ en la Luna; observó por primera vez las fases de de montanas Venus, que solo podían explicarse por el hecho de que el planeta girase en torno al Sol y describió la existencia de manchas solares, fenómenos debidos a la existencia de zonas más frías en la superficie del Sol, que se mueven siguiendo su rotación y, además aparecen y desaparecen de manera cíclica (fig. 1). Esas manchas habían sido descritas en múltiples ocasiones a lo largo de la historia, una de ellas por Averroes, y también por Scheiner, contemporáneo de Galileo, con quien se disputaría la prioridad del descubrimiento, y quien

Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A. Asorey-García).

0365-6691/$ – see front matter © 2012 Sociedad Española de Oftalmología. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.

http://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2013.03.009

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Figura 1 – Dibujo de las manchas solares observadas por Scheider en su libro Rosa Ursina, publicado en Bracciano en 1630.

persistió en la observación y estudio de las manchas solares más profundamente que su rival italiano1 . Estos descubrimientos astronómicos apoyaban el sistema copernicano heliocéntrico, en contraposición al geocéntrico aristotélico y ptolemaico defendido por la Iglesia católica de la época, que afirmaba que los astros celestes eran esferas perfectas que giraban en torno a la Tierra, considerada el centro del universo. Galileo recogió sus observaciones astronómicas en el Sidereus nuncius (El mensajero de las estrellas) y, a partir de este momento, fue el blanco de numerosas críticas de los defensores del sistema geocéntrico1 (fig. 2).

El conflicto con la Iglesia Por sus descubrimientos, Galileo Galilei fue convocado en Roma en 1616 por el Santo Oficio. A pesar de que contaba con importantes apoyos, entre ellos los astrónomos jesuitas, sus colegas científicos de la Academia de los Linces y algunos simpatizantes en el Vaticano, la doctrina copernicana era considerada herética, y la Inquisición y el papa Pablo V ratificaron la censura, según la cual el sistema copernicano debía explicarse como hipótesis, no como hecho probado. En 1632, Galileo publicó su Diálogo sobre los principales sistemas del mundo, en el que ridiculiza el geocentrismo y, poco después, presentó nuevas pruebas a favor del sistema copernicano, cosa que tenía prohibida por la Inquisición. El papa Barberini, antes amigo de Galileo, se enfureció al sentirse identificado con Simplicio, el estúpido personaje del Diálogo que defiende el aristotelismo, y esta vez no lo protegerá1 . Bajo amenaza de torturas, Galileo abjura de su doctrina y es condenado a cadena perpetua, que se conmuta por arresto

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Figura 2 – Sidereus nuncius, tratado de Galileo Galilei publicado en Venecia en 1610, en el que recoge sus observaciones astronómicas.

domiciliario en su casa de Florencia y, posteriormente, en San ˜ Giorgio, donde muere en 1642 a los 77 anos.

Patología ocular de Galileo Galilei ˜ Durante sus últimos anos de vida, la visión de Galileo empeoró rápidamente hasta dejarle completamente ciego en el momento de su muerte. La causa de la ceguera ha sido largamente debatida por especialistas de todo el mundo, hasta tal punto que, recientemente, se ha solicitado la exhumación del cuerpo de Galileo para realizar pruebas de ácido desoxirribonucleico (ADN) que puedan desvelar el misterio. La creencia popular de que Galileo perdió la visión por mirar el Sol a través de un telescopio parece no ser cierta, dado que descubrió pronto la técnica de la proyección para ˜ solar, realizó sus primeras observaciones al evitar el dano amanecer y en el ocaso, y, además, conservó la vista muchos ˜ anos después de haber realizado sus observaciones sobre el Sol (en su juventud), dado que, de haberlas realizado ˜ retiniano de manera incorrecta, habrían causado un dano inmediato. La exposición directa a los rayos solares provoca, ˜ en las capas más mediante un efecto fotoquímico3 , un dano superficiales de la retina, produciendo un escotoma central y disminución de la agudeza visual que puede empeorar pasados los primeros meses. La tomografía de coherencia óptica realizada en pacientes expuestos a los rayos UVA muestra habitualmente alteraciones en la capa de fotorreceptores externos, pudiendo presentar otras pruebas, como campos visuales y test de Amsler, normales4 . Se sabe que durante su juventud, mientras estudiaba en el convento de Villambroso, sufrió una grave infección

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ocular que hizo que su padre lo sacara de allí alegando «falta de cuidados», siendo esta la única referencia a alguna patología ocular durante la juventud de Galileo. Esta enfermedad pudo haber sido una conjuntivitis infecciosa sin más complicaciones que curó sin dejar ningún tipo de secuela, o una infección de otro tipo, por ejemplo herpética, que causara recidivas y complicaciones en la edad adulta del científico italiano. Durante toda su vida, Galileo padeció de dolores articulares y problemas intestinales, los cuales han sido interpretados como síntomas de una enfermedad reumatológica que hubiera podido asociarse a ataques de uveítis, que, a largo plazo, habrían causado un glaucoma secundario. Sin embargo, dada la ausencia de tratamiento médico tópico y sistémico de la época, estos procesos podrían haber generado una patología ocular grave desde la juventud, debido a las complicaciones asociadas a uveítis de repetición sin tratamiento, por lo que no consideramos que esta pueda ser la causa de la ceguera. ˜ refirió por primera vez en uno de sus tratados A los 52 anos un síntoma muy característico: la visión de halos en torno a la luz de una vela. Esto llevó a Pietro Gradenigo, oftalmólogo italiano del siglo xix, a concluir que la ceguera de Galileo fue a causa de un glaucoma5 . Sin embargo, Galileo conservó una ˜ buena visión a lo largo de su vida y falleció muchos anos después de presentar estos síntomas y, sin tratamiento, el glaucoma habría producido ceguera mucho tiempo antes. El estudio de los retratos realizados a Galileo en esta época sugiere para algunos autores una ambliopía del ojo izquierdo. En concreto, en un retrato realizado por Ottavio ˜ aparece una lesión sobreLeoni cuando Galileo tenía 60 anos elevada supraciliar derecha, que desplaza el ojo hacia abajo y a la derecha, y que podría representar un mucocele del seno frontal infectado que debió de resolverse espontáneamente y que, en cualquier caso, no habría deteriorado su visión (fig. 3). Mientras escribía su Diálogo sobre los principales siste˜ mas del mundo, a los 68 anos, describe haber sufrido una «fluxión» en los ojos, pudiendo referirse con este término a la hiperemia, que le produjo gran dolor y le impidió leer y escribir. Sin embargo, sus trabajos posteriores indican que aún gozaba de una buena agudeza visual6 . Esta hiperemia ocular ˜ acompanada de dolor podría interpretarse como un ataque de glaucoma de ángulo cerrado o de uveítis. Sin embargo, Galileo siguió trabajando y escribiendo como lo había hecho hasta entonces, y no se recoge en ninguna cita biográfica que perdiera la visión por un ataque agudo de glaucoma, que sin tratamiento le habría dejado en amaurosis, o por una uveítis anterior aguda, que en cualquier caso tendría que haber sido aislada, pues de haberse repetido habría supuesto una importante disminución, o la pérdida, de visión debido a las secuelas generadas a largo plazo. Estos ataques podrían, por tanto, deberse a infecciones oculares inespecíficas, conjuntivitis infecciosas o irritativas, o inflamaciones leves como epiescleritis, patologías en definitiva que no comprometieran la agudeza visual. Por último, el cirujano Giovanni Trullio diagnosticó a Galileo de un «suffusio» que obstruía la pupila, refiriéndose a la catarata. El propio Galileo se refirió al proceso que le dejó ciego como «una nube muy densa que se ha formado en los pasados meses; primero en el ojo derecho y luego en el izquierdo», una descripción característica del proceso de esclerosis del cristalino.

Figura 3 – Galileo Galilei alla machia por Ottavio Leoni pintado en 1624. Biblioteca Marucelliana (Florencia).

Parece probable, por lo tanto, que fuesen las cataratas las que terminaran con la prodigiosa vista de Galileo Galilei, a una edad en la cual muchas de las otras patologías propuestas como hipótesis ya le habrían producido una ceguera irreversible. Además de las cataratas, no se descarta la posibilidad de una degeneración macular debido tanto a la edad a la que presentó la pérdida de visión como a la exposición solar en sus numerosos trabajos astronómicos, si bien la esclerosis del cristalino es la etiología más probable de la ceguera. Fuese cual fuese la causa de su pérdida de visión, en 1637 en una carta a su amigo y discípulo Elia Donati7 , declara por primera vez haber perdido la vista del ojo derecho. Y el izquierdo empeora en los meses siguientes. La visión de Galileo Galilei, el padre de la astronomía y la física modernas se apaga por completo en 1638. Como dijo Galileo en su carta a Ismaele Boulliau8 , recogida en Le opere di Galileo Galilei: «Toda la luz se ha extinguido. . . [. . .] ese cielo, ese mundo, ese universo que yo, mediante mis asombrosas observaciones y claras demostraciones he expandido cien mil veces más allá de cualquier cosa antes vista por los estudiosos de los siglos pasados, ahora se ha hundido y estrechado hasta llegar no más allá de mi propio cuerpo».

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