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normal. La tensión ocular fue normal En la anamnesis por órganos y aparatos únicamente refirió episodios de lumbalgia, por lo que fue derivado a la unidad de reumatología. Se descartó clínica compatible con sarcoidosis, tuberculosis, enfermedad de Behc¸et u otra enfermedad sistémica autoinmune. La lumbalgia crónica era de ritmo inflamatorio. Negaba episodios de artritis, dactilitis o entesitis. No existían antecedentes personales o familiares de psoriasis, uveítis o enfermedad inflamatoria intestinal. Se solicitaron analítica rutinaria, con HLA B27 y serología de LUES y radiografías de tórax y sacroilíacas. Dado que no presentaba signos de alarma, se citó para revisión y valoración de pruebas complementarias al mes. En la revisión refirió haber sido diagnosticado de infección aguda por citomegalovirus (CMV) en el estudio realizado por su médico de atención primaria (MAP) de cuadro ˜ de elevación de trande profunda astenia, que se acompanó saminasas al triple de la normalidad, que se había iniciado a los 15 días del comienzo de la uveítis. El resto de las pruebas solicitadas resultó normal, HLA B27 (-), LUES (-) y radiografías de tórax y sacroilíacas normales. Las serologías de CMV realizadas por MAP mostraron IgM e IgG positivas, serología VIH negativa. Una nueva revisión oftalmológica constató la resolución completa de la uveítis, que no recurrió. Se trata, pues, de un paciente inmunocompetente que 15 días tras el debut de una uveítis anterior bilateral, desarrolla un cuadro compatible con infección aguda por CMV, por la presencia en el análisis inicial de IgM e IgG anti CMV. Dada la prevalencia de la infección por CMV, nos planteamos la duda si ha sido una coincidencia temporal la presencia de ambas enfermedades, o bien existe una relación casual. No se realizaron técnicas de biología molecular por la evolución benigna del caso. En las diversas series de uveítis anterior por CMV en individuos inmunocompetentes, los casos han sido uveítis unilaterales con hipertensión ocular y a veces con otros signos como atrofia del iris o precipitados queráticos. Bien es cierto que en todos ellos la investigación de CMV por PCR en humor acuoso se ha realizado ante la presencia de inflamación ocular con hipertensión ocular en uveítis habitualmente recurrentes o con curso crónico2,3 . De igual forma que previamente al empleo de esta técnica muchos eran diagnosticados de síndrome de PS y considerados idiopáticos, podría ocurrir que

los individuos inmunocompetentes pudieran sufrir una uveítis anterior leve autolimitada ante la infección por CMV, que dada su buena evolución no se investiga en más profundidad. Proponemos que en uveítis agudas que cursen con síntomas sugerentes de infección sistémica viral y aunque no presenten las características clínicas habituales de las uveítis virales se investigue la serología hemática de CMV, a fin de diagnosticar precozmente la infección vírica, ya que su evolución puede ser tórpida con riesgo de hipertensión ocular y glaucoma1 .

bibliograf í a

1. Jap A, Chee SP. Viral anterior uveitis. Curr Opin Ophthalmol. 2011;22:483–8. 2. Chee SP, Bacsal K, Jap A, Se-Thoe SY, Cheng CL, Tan BH. Clinical features of cytomegalovirus anterior uveitis in immunocompetent patients. Am J Ophtalmol. 2008;145: 834–40. 3. van Boxtel LA, van der Lelij A, van der Meer J, Los LI. Cytomegalovirus as a cause of anterior uveitis in immunocompetent patients. Ophtalmology. 2007;114: 1358–62.

˜ R. Sánchez Parera a,∗ , F.J. Auriguiberry González b , L. Munoz Medina c y E. Raya Alvarez a a

Unidad de Gestión Clínica Reumatología, Hospital Universitario ˜ San Cecilio, Granada, Espana b Unidad de Gestión Clínica Oftalmología, Hospital Universitario ˜ San Cecilio, Granada, Espana c Unidad de Gestión Clínica Enfermedades Infecciosas, Hospital ˜ Universitario San Cecilio, Granada, Espana ∗ Autor

para correspondencia.

Correo electrónico: [email protected] (R. Sánchez Parera). ˜ de Oftalmología. Publi0365-6691/© 2014 Sociedad Espanola cado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2014.06.006

¿De qué color vemos cuando nos enfadamos? What color do we see when get angry? Sr. Director: Los humanos tenemos una visión tricromática que puede diferenciar unos 3 millones de colores y utilizamos los colores de manera parecida a lo observado en el reino animal: para comunicarnos. La propiedad del ojo para la percepción del color se explica por el hecho de que en la retina hay 3 tipos de conos: unos perciben el color rojo otros el verde y los terceros el azul1 . Dependiendo del tipo de conos que se

excitan surge la percepción correspondiente del color. Distintos conos pueden excitarse al mismo tiempo y en diferente grado, lo que produce la percepción del color y sus matices. Las células ganglionares de la retina codifican información sobre la cantidad relativa de luz que incide en el centro y la periferia de sus campos receptores y, en muchos casos, sobre la longitud de onda de esa luz. Sucesivamente, la corteza estriada y la corteza visual de asociación realizan un procesamiento adicional de esta información. La energía del

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color estimula las glándulas pineal y pituitaria afectando la producción de ciertas hormonas que tienen efecto sobre una variedad de procesos fisiológicos. Esto explica por qué el color tiene una influencia tan directa sobre el pensamiento, estado de ánimo y patrones de comportamiento. La luz roja estimula el sistema nervioso simpático, mientras que la luz blanca y azul estimulan el sistema nervioso parasimpático. Cuando nos enfadamos tendemos a cambiar la percepción del color de nuestro entorno, así cuando las personas se irritan y enfurecen tienden a ver las cosas de color rojo. Esto es así, por el aumento de testosterona circulante que hace apreciar más los tonos rojos. La testosterona es una hormona relacionada con la superioridad y la categoría. En un estudio reciente Fetterman AK et al.2 , mostraban a varios sujetos imágenes con más tendencia al rojo o con más tendencia al azul. Los individuos que estaban enfadados tendían a elegir las muestras con tonos rojizos y desechaban los azules. En la naturaleza, las plantas venenosas tienen esa tonalidad, así como algunos insectos, donde el color rojo está asociado a la supremacía y a la selección de pareja en múltiples especies. El rojo está profundamente enraizado en la mente humana, evocando emociones contradictorias: peligro, alarma, pasión, calor, violencia, intensidad. Es el color que asociamos con los sentimientos energéticos y asociado a la ira y el enfado. Además, el rojo tiene otros vínculos relacionados con la hostilidad: al enfadarse, el rubor sube a las mejillas. Cuando algo está en rojo pone en alerta nuestros sentidos: por ejemplo un semáforo en rojo. Las conclusiones de este estudio2,3 han demostrado que los cerebros están programados para indicar al organismo el momento en el que es conveniente huir

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del peligro. La vinculación del color rojo con el enojo corresponde a la asociación que hacían nuestros antepasados con el peligro.

bibliograf í a

1. Hofer H, Carroll J, Neitz J, Neitz M, Williams DR. Organization of the human trichromatic cone mosaic. J Neurosci. 2005;25:9669–79. 2. Fetterman AK, Robinson MD, Gordon RD, Elliot AJ. Anger as Seeing Red: Perceptual Sources of Evidence. Soc Psychol Personal Sci. 2011;2:311–6. 3. Fetterman AK, Robinson MD, Meier BP. Anger as seeing red: Evidence for a perceptual association. Cogn Emot. 2012;26:1445–58.

V.M. Asensio-Sánchez ∗ y R. Ramoa-Osorio Servicio de Oftalmología, Hospital Clínico Universitario, Valladolid, ˜ Espana ∗ Autor

para correspondencia.

Correo electrónico: victor [email protected] (V.M. Asensio-Sánchez). ˜ 0365-6691/© 2014 Sociedad Espanola de Oftalmología. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2014.04.023

Pliegues retinianos como efecto adverso no descrito del darunavir en paciente con VIH de 20 ˜ anos de edad Retinal folds as a non-reported secondary effect of darunavir in a 20 year-old HIV patient Sr. Director: La rápida aparición de nuevos medicamentos y su uso generalizado en la población propicia la aparición de efectos adversos de baja incidencia no descritos en la ficha técnica del fármaco pero que el oftalmólogo debe conocer. El darunavir (Prezista, Janssen-Cilag SpA, Italia) es un antirretroviral de relativamente reciente introducción, ya que fue aprobado en Europa en febrero de 2007. Se utiliza para el tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH1), en combinación con otros medicamentos antirretrovirales y coadministrado con 100 mg de ritonavir, como potenciador farmacocinético. Es un inhibidor de la proteasa del VIH-1 de naturaleza no peptídica, tipo sulfonamida, desarrollado para

superar las resistencias más comunes a los inhibidores de la proteasa1 . En nuestro Servicio de Oftalmología del Hospital General de ˜ de edad, VIH+ por Valencia visitamos a una paciente de 20 anos transmisión vertical, ingresada en Neumología por neumonía neumocócica. La paciente estaba bajo terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) con mal cumplimiento terapéutico, por lo que, al ingreso, se restableció la pauta de tratamiento con: tenofovir + emtricitabina, etravirina, raltegravir, ritonavir ˜ y darunavir como antirretrovirales, anadiendo levofloxacino y meropenem para tratar el proceso agudo. A las 48 h fue remitida a nuestro servicio por disminución de agudeza visual (AV) bilateral. No refería antecedentes oftalmológicos de interés. A la exploración presentó un

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